Querida niña:

Te quiero avisar de unas cuántas cosas que van a pasar.

En primer lugar, quiero pedirte que defiendas tu esencia. Van a haber personas que van a querer quitártela. Pero mantente fuerte aun cuando creas que tal vez el fallo lo tengas tú. Porque en realidad lo tienen ellos. Hay gente a la que le aterra la luz de los demás.

Vas a conocer a chicos que te van a hacer daño por el placer de hacerlo. Porque se sienten mejor. Son personas con miedo. Tú lo vas a ver y vas a querer salvarlos, pero escúchame bien: no es tu responsabilidad, no quieren ser salvados y sólo pretenden chuparte la energía y hacerte pequeña. Se llama maltrato, y te va a tocar más de lo que te gustaría.

Vas a conocer a otros muy buenos, pero se van a equivocar y van a querer cortar tus alas por miedo. Y ay, querida…, eso tú no lo soportas. Sigue defendiéndolas, te van a llevar a lugares mágicos.

Vas a empatizar con los problemas de todo el mundo, y a veces la vida te va a resultar un lugar aterrador. Vas a buscar la soledad más que los demás y te va a tocar pelear tus límites mucho. La gente no te entiende, pero ¿sabes qué? No hace falta que lo hagan. Lo estás haciendo bien.

Se llama Alta Sensibilidad y aún te queda tiempo para descubrirla. Lo harás dentro de unos años y te cuadrarán muchas cosas. Vas a enseñárselas a mucha gente cuando seas Psicóloga, porque sí, lo vas a conseguir y te va a encantar.

Te van a acusar de brava, de tener un carácter demasiado fuerte, demasiado independiente, demasiado libre. Quítale el demasiado y siéntete orgullosa. Esa eres tú.

Ahora no entiendes que la gente sea mala porque sí, crees que son personas que no saben cómo hacerlo mejor. Bien, te voy a decir algo importante. Hay gente mala por el mundo, y da igual si es porque de pequeños no les abrazaron lo suficiente o porque se metían con ellos en clase. No es tu batalla que ellos encuentren su luz. No ahora, ni del modo en que te gustaría.

Te va a costar mucho romper un corazón, vas a querer evitar el dolor a los demás y cargar tú con el suyo. Eso no es sano ni para ellos ni para ti. Así que hazlo lo mejor que puedas. No te voy a decir que te va a resultar más fácil con el tiempo, porque no es verdad.

Haznos un favor, cuídate los tobillos, cúrate los esguinces. Te vas a acordar de cada uno de ellos cuando te hagan la EPI dentro de unos años. Te vas a lesionar mucho bailando, así que por favor, calienta antes y estira después.

El tío  Daniel, al que adoras, se va a ir un día más pronto de lo que crees y quisieras. Y la tía Juli se va a ir un año después. No te puedo preparar para el dolor que te espera por mucho que te avise, pero cuando vayas a verle una tarde de verano al hospital, y te vayas pensando que deberías dar media vuelta y volver a abrazarle, no lo vas a hacer porque sabes que eso sería una despedida, y tú no te quieres despedir de él.

Date la vuelta, por favor. Deshaz los pasos andados por el pasillo y vuelve a la última habitación, abrázale y dile que se deje de darte sustos, que estás muy lejos y te tiene preocupada. Dile que le quieres. Hazlo porque va a ser la última vez y te vas a acordar de esa tarde mucho tiempo.

No te puedo decir que el dolor va a pasar, porque aún les seguimos llorando.

No dejes de conectarte con tu intuición. Es tu mayor herramienta en la vida, más de lo que crees.

Vas a viajar mucho, sí. Y vas a conocer México como sueñas.

Ahora no tienes muy claras tus prioridades, pero sí lo que te da vida. No te preocupes, todo se irá colocando en su sitio a su debido tiempo. No intentes entenderlo todo, sólo fluye.

Entiende bien esto: EL AMOR NO DUELE. Te van a hacer creer que sí, y te van a hablar de sacrificio, renuncias,… pero eso no es amor. El amor te empodera y te da alas, saca lo mejor de ti y te lo pone delante para que tú lo veas.

Cuando estés preparada, vas a conocer el de verdad. Vas a ver qué distinto es, aunque a veces te vuelva a poner patas arriba la vida cuando menos lo esperas.

Y aquí va lo más importante:

Si tienes que elegir, sé fiel a ti misma. Aunque a veces no lo entiendas…